Una ráfaga violenta de viento, hizo que el postigo de madera golpeara la ventana, la mujer soltó sobresaltada el vaso con agua que sostenía, y el liquido se derramo en el suelo, acompañado por lo trozos de cristal que se esparcieron a sus pies.
Giro sobre si misma y miro temerosa hacia la ventana, mientras su corazón golpeaba en su pecho con insistencia. Se acerco lentamente, y vio a través de la ventana que la calle estaba vacía y silenciosa. Miro hacia el firmamento y observo el sol ocultarse ante sus ojos. La noche cubrió todo como si fuera un manto negro que alguien soltaba sobre las casas, y la mujer sintió como si algo no estuviera bien, ni una sola estrella brillaba en aquel firmamento negro azabache. Luego de unos segundos, cayo en la cuenta que Ana aun no había regresado y eso también era extraño, porque siempre volvía antes del atardecer.
Cerró los postigos de la ventana trabándolos para que el viento no los siguiera golpeando y regreso a juntar los trozos de cristal.
Ya casi había terminado, cuando unos golpes en la puerta, le hicieron girar nuevamente sobresaltada sin poder evitar que uno de los cristales le provocara una pequeña herida en la mano. Busco un trapo que había sobre la mesa y ahogo la sangre que comenzaba a brotarle y envolvió su mano con nerviosismo porque quien estaba a la puerta golpeaba con insistencia.
Se acerco despacio a la puerta al mismo tiempo que dijo:
_Quien es?!_ y solo el silencio y el silbido del viento fueron la respuesta
_Quien es?!!_ repitió esta vez mas enérgica _Sino me dice quien es no le abriré!_
Nuevamente no hubo respuesta alguna, solo silencio.
_Si busca a Ana, ella no se encuentra, se fue al pueblo y aun no ha regresado_
Dijo la mujer ya con mucha inquietud.
Una vez mas el silencio obro como respuesta.
La mujer aunque estaba muy asustada, pensó que talvez era alguien que por alguna causa no podía responderle, pero que necesitaba ayuda, entonces decidió abrir la puerta. Pero al abrirla, observo que la calle estaba absolutamente vacía y silenciosa y no había un solo vestigio de que alguien hubiera estado allí. La cerro de inmediato y un escalofrió le recorrió el cuerpo, corrió a abrazar a su niño que se hallaba sobre la cama y deseo con ansias que Ana estuviera allí con ellos.
La noche seguía avanzando, el viento afuera insistía en hacer crujir las maderas de la humilde casa, y unas ráfagas mas atrevidas se lanzaban de lleno sobre los leños encendidos de la chimenea avivando su fuego y acelerando su consumición.
De pronto el picaporte de la puerta se movió, alguien intentaba entrar, pero la mujer había trabado la puerta, entonces escucho la voz de Ana que decía:
_Mujer que sucede? Porque no puedo abrir la puerta?, soy yo, Ana, ábreme!_
La mujer corrió a la puerta y dijo:_ Oh Ana! Al fin has vuelto, si, si, ya abro!_
Ana entro mirando intrigada a la mujer, se saco su abrigo y finalmente dijo:
_Sucedió algo? Porque habías trabado la puerta? Vamos mujer cuéntame… y dime porque estas tan nerviosa!_ La mujer dio un respiro y le relato lo que había sucedido apenas unas horas antes y la sensación que aquella situación le había causado. Ana la escucho con atención mientras observaba el visible temor en los ojos de aquella mujer, algo o alguien con una energía superior la había asustado lo suficiente como para encerrarse allí, incluso ella misma, cuando entro en la habitación, pudo sentir un halo de energía diferente, pero no podía discernir exactamente que era, pero si estaba segura que esa energía no era de un humano.
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